agosto 28, 2008

Días de Tianguis

Corría el año de 1933, sábado 11 de la mañana, solo algunos coches de familias pudientes eran pioneros al rodar por las calles del centro de Xochimilco. Venían de la capital a comprar los productos más frescos y sabrosos de la región.

A lo lejos se disipaban las mantas entre las sombras y los reflejos del sol, el viento las bajaba y las subía, los gritos y el cuchicheo de los marchantes y vendedores se mezclaban con los aromas del pasillo de las flores, junto con el de la carretilla de pescado, recién sacado por la mañana en la laguna de Xaltocán.

Así era la vida por acá hace 75 años, aquellos días de Tianguis con los manteados blancos, el cielo clarísimo, los cerros verdes y alrededor el agua, los canales, el campo y la chinampa. Todo convergía en el tianguis, el trabajo, la imaginación de la madre cocinera viendo y escogiendo qué llevar para la comida, los cargadores, los artesanos, los indígenas importadores de exóticos productos de tierra caliente, de la montaña Morelense y por supuesto mi bisabuelo que vendía sombreros y la bisabuela que vendía el maíz tumbada en un petate.

Así pasaban las horas en los días de vendimia, los visitantes venían y partían llevándose un cachito de Xochimilco en su paladar y en su memoria.

Fotografia: Mercado y Tianguis del Centro Historico de Xochimilco. 1933. Colectivo Tollan, Anónimo.

agosto 26, 2008

2 años inolvidables...Abuela, tenias razón.


Recuerdo a mi bisabuela en su cocina al atardecer, el sol rojizo se filtraba por las ventanas, las sombras de los animales de su corral se proyectaban en la pared en la cual se recargaba sentada en su silla, tomando su pulque, esperando que los recuerdos de su infancia y juventud llegaran como cada tarde, sólo quedaba ella, los demás ya habían partido. Yo bebía un “té de hojas” que siempre me daba sin pedírselo y sin preguntarle me platicaba como fueron sus padres y abuelos, la siembra, la comida, las fiestas, la Revolución, la vida.

Ahora la entiendo muy bien, ella quería mantener vivos sus días, los cuales le costaron mucho trabajo, mucho dolor y mucha alegría, no es conveniente olvidar quien nos construyo, quienes nos formaron y cuanto les costo hacerlo. Nuestra historia son los días de nuestra cultura, nuestra identidad es el alma de ella, es la diferencia entre los demás pueblos del planeta, es conocimiento acumulado.

Hoy 26 de agosto, hace dos años exactamente, Maribel y yo, tomando un chocolate caliente en la casa de mi bisabuela, bocetamos el comienzo de esta historia colectiva, dibujamos el logo del colectivo y nos pusimos a trabajar en ello, ya había bastado el solo hablar, teníamos que hacer algo. Días después todo se conjuntaba.
Gracias Bel, Roco, Beto, Rafa, Jozz y Ulises, Joaquín, Isra, Luis, Daniela, Gina, Lola, a mis padres y abuelos. Muchas gracias a Mich Producciones y al Colectivo Intermitente, al café La Espalda de Dios. A todos muchas gracias por la fe; a todos los que pensamos que la vida es el arte de lo posible.

Fotografía: Colectivo Tollan

agosto 22, 2008

Estamos Puestos!




Uno de los objetivos del colectivo es promover y gestionar proyectos en donde se incerte de manera eficaz el diseño industrial y sirva de manera creativa como una herramienta para otorgar a los proyectos identidad y sobre todo para que exista la vinculación, el fomento y desarrollo de talleres, artesanos y microempresas de Xochimilco; reducir los costos e innovar de diversas maneras con materiales reciclados y de la región, esto generará una uniformidad visual, calidad y profesionalismo a los objetos diseñados.

La propuesta que les presentamos es el diseño de un “Puestecito” para el Tianguis del Huacal, con la premisa de aprovechar las redes gestionadas a lo largo de los últimos meses por Chachalacatlahtoa.

El diseño se conforma por tres elementos:

El techo de manta y/o yute manufacturado por Tzutzu del colectivo Intermitente y con un sello diseñado y serigrafiado en el Taller de artes Plásticas del buen amigo y compañero Alberto Centeno. La estructura del techo esta fabricada con bambú de Monte Blanco en Teocelo, Veracruz; proporcionado a bajo costo por el artesano y productor de bambú Francisco Mendoza y su compañía artesanal D´Bambu.

La base a la cual va anclado el poste del techo es simplemente una tarima de embalaje adquirida a un precio muy económico en algunas bodegas de azulejos y abarrotes de Tláhuac y por ultimo los huacales con petates de tule, que son de diversos mercados y tianguis de la región y donados por cada integrante de chachalacatlahtoa.

También se diseñó y se fabricarán en el Taller de diseño Homofaber unos “tendederos” para la exposición y venta de material impreso, pintado o grabado en diferentes técnicas artísticas, este diseño consta de un bastidor de madera de oyamel con refuerzos de acero en las esquinas y colocado junto con otro similar de manera equidistante en los vértices superiores para proporcionar estabilidad en la base. Los productos que se exhibirán en éste “tendedero” estarán sujetos por medio de pinzas de madera o amarrados con ixtle.

Esperemos sea del agrado de los participantes y visitantes, pero lo más importante es que cumpla con la función para lo cual fueron diseñados.

Nos vemos en el Tianguis del Huacal.

Diseño industrial y renderizaje: Colectivo Tollan
Agradecimientos: Taller homofaber, Measa, D’bambu y a todos los integrantes del colectivo Chachalacatlahtoa.

agosto 18, 2008

El Tianguis del Huacal


Esta idea nace del proyecto Chachalacatlahtoa que ha permitido tender las redes y la confianza necesaria para que se hayan vinculado intereses y visiones comunes de diversos colectivos(Colectivo Intermitente, Mich producciones, Taller Cartonterias, La Tilapia, La Espalda de Dios Café, Colectivo Tollan), artistas, investigadores, microempresarios, habitantes y colabores individuales.
De nuevo la melancolía, la nostalgia y el instinto de supervivencia nos motivan a generar un oasis atemporal donde el pasado y el presente interactúen, donde se autogestionen proyectos que se insertan en el ámbito artesanal y de producción de materias primas de esta región. Esto es parte de una visión prospectiva acerca de las sustentabilidad de especies animales, vegetales y minerales para que se rescaten y se puedan gestionar en el ámbito agrícola, comercial y ambiental.

En xochimilco y sus alrededores hace aproximadamente cuatro siglos se tenían registrados alrededor de 80 diferentes tipos de artesanos y oficios, en la actualidad solo han sobrevivido menos de una decena. Las razones y motivos ya los conocemos y no es momento para profundizar eso en esta ocasión.

En la actualidad hemos conocido a muchos jóvenes creadores de objetos y productos intelectuales, artísticos, audiovisuales y de investigación, los cuales contienen una carga muy fuerte de identidad y de búsqueda. Son propuestas que vienen refrescando la creatividad colectiva, sin o con pocos niveles de “clichés folklóricos Xochimilcas”.
La identidad en estas regiones no se limita a los paseos en trajineras y a la vida “fiestera” de los barrios y sus habitantes originarios y de los que han llegado en los últimos años y se adhieren solo por la banalidad y el ocio. Eso es solo la punta de la chinampa (a manera de analogía con el iceberg), por debajo esta oculto y olvidado todo un universo de materiales, formas de trabajo, objetos, motivos y razones germinadores de ideas, olores, sabores y colores que a veces se permean por el aire y logran emerger para recuperar su espacio.

El Tianguis del Huacal es un gran esfuerzo por fomentar y reactivar la producción artesanal en Xochimilco y de los pueblos lacustres, con productos que dialogen con nosotros, que huelan a campo, cerro y agua, que se generen por el inconciente colectivo que todos llevamos dentro, deben ser un espejo de nuestra identidad, los objetos artesanales de una región son el reflejo y un parámetro de la sociedad y de lo que está buscando en determinado momento histórico como comunidad.

Los objetos son la materialización de nuestra cultura intangible y son los mensajeros de los días pasados, son la superestructura cultural que nos permitirá la sustentabilidad ecológica, económica y cultural en el futuro.

Por nuestra parte y siguiendo con uno de los objetivos y fines del colectivo, que es la vinculación y gestión de proyectos de diseño industrial para satisfacer las necesidades de esta comunidad Xochimilca, se han propuesto dos diseños para el tianguis del huacal los cuales les compartiremos mañana.
Fotografía: Colectivo Tollan

agosto 13, 2008

Exposición Máquinas del Tiempo

Alguna vez platicando con una buena amiga concluíamos que en Xochimilco la melancolía y la nostalgia se respiran en el aire, es como un dejo de tristeza por lo perdido y a la vez como el buscar y el tratar de encontrar entre las bardas de piedra, los paisajes, los cerros y las plazuelas de los barrios y pueblos, las respuestas a lo que se dejó perder, lo que se destruyó.

Seguimos buscando entre las calles y la noche las voces de los abuelos, de los que vivieron en este lugar.

Existen algunas imágenes que nos han permitido asomarnos a esos días pasados y a su vida cotidiana, no importa que sean 100 años o 1 año de distancia, lo que importa es el vernos en ellas, en reflejarnos en ellas , no importa como lo vimos sino como lo volveremos a ver...

Es por lo anterior que los invitamos a una exposición fotográfica de dos jóvenes que nos desean transmitir este mensaje retrospectivo y de como las imágenes son un recordatorio de lo que fuimos y el porqué somos así.

Nos vemos el próximo sábado 16 de agosto en el Café "La Espalda de Dios"

agosto 04, 2008

El tiempo no existe



Esta fotograf'ía fue tomada en un lugar en donde el tiempo no existe, o al menos esa es la sensación que deja conocer un espacio así y dejarte invadir por el color y olor de la nostalgia, esos tonos ocres de los objetos, la luz que genera una atmósfera de recuerdos y los olores a humedad y salitre por dejar pasar la vida por esas paredes, el dejar pasar las cosas y el dejar pasar el tiempo es aveces una medicina que nos cura...como su reloj sin manecillas Don León

Creo que ya pasaron días en los cuales el tiempo no existió y nos gustaría ser atemporales, que el tiempo no nos devore, que el tiempo no nos destruya y que el tiempo sea relativo, subjetivo y eterno.

Comencemos pues a ser atemporales, que la vida nos lleva en su caudal y nosotros nos dejamos llevar plenamente...


Fotografía: Colectivo Tollan

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