agosto 24, 2009

Voces de paredes

El graffiti, una artefacto contemporáneo, hijo del postmodernismo; ahora vociferante ideólogo contra el capitalismo (aunque últimamente algunos lo han convertido en un referente iconográfico de la cultura urbana con fines de lucro, convirtiéndose en un cliché urbano consumista), antagonista cultural y socioeconómico del arte de las élites acomodadas a las tetas del Estado.


El graffiti es un arte con raíces profundas en todas las culturas; es una acción expresionista, así como aquel movimiento artístico del cual es contemporáneo; es el dejar en un instante una marca, una huella, un grafo o dibujo que encierra la transmutación del ser en algo material y permanente utópicamente.

Al ser un artefacto clandestino, anónimo, espontáneo carece de una permanente validez o legitimación, éste es un protograffiti, una idéa o marca rústica, no dice nada común, al final de los tiempos solo tiene validez y legitimación para su anónimo creador o creadores, estos protograffistas pueden ser uno solo o varios, pero puede que estén solos, solos en esta realidad individualista, marginados. Su graffiti tiene validez al ser expresión de su libre albedrío y de su libertad de expresión, lo difícil es que debe aportar un sentido crítico y no viceral, pensante no solo expresionista, e incluyente, que no divida, que una.

Pasa lo contrario cuando es colectivo, se potencializa, aunque lo firme “alguien”; si es artefacto común a todos, a una comunidad o identidad se vuelve tremendamente poderoso y llegador. Si reclama una causa social, una ideología, una cosmovisión, una identidad, se convierte en la voz de las paredes de los barrios, los pueblos, las ciudades y las culturas.



Arte: Don Raúl (vecino del Barrio de Xochimilco, Coatlicue. 2008) Six. San Antonio Tecomitl.2008
Fotografías: Colectivo Tollan

agosto 19, 2009

Ahorita vengo...


El uso coloquial de muchas palabras en nuestro idioma mestizo -el español mexicano-, esta generalizado en nuestra cultura lingüística, dichas palabras tienen su propia historia e incluso poseen una especie de subconsciente colectivo las cuales parecen estar culturalmente acomodadas en nuestro inconciente también colectivo.

Estos vocablos, los cuales aparentemente son triviales e incluso son considerados vulgares, corrientes y con un estigma folclórico; forman parte de nuestro corpus psicológico y etnológico, son cabos que andan sueltos, si los atamos, podríamos comprendernos más desde la perspectiva social.

Por ejemplo la palabra “Ahorita” aplicada como el prefijo de algunas frases hechas y exageradamente usadas por todos nosotros de una manera tan cotidiana. El escritor italiano Gutierre Tibón, nos deja la siguiente opinión al respecto:

Ahorita vuelvo, dijo Huitzilopochtli.

La patética narración de Coatlicue, de cómo se fue su hijo Huitzilopochtli, me sugiere unas consideraciones:

En México es común el uso de expresiones “Ahorita vengo”, “Ahorita vas a ver”, las cuales no significan que el sujeto tenga la intención de volver. Se trata, según parece, de una formula de cortesía prehispánica que ha perdurado hasta nuestros días, de un eufemismo sui géneris que refleja toda una postura psicológica. En Europa, desde luego no se conoce.

Cuando alguien nos dice “ahorita vengo”, participamos en el juego, fingiendo creerlo, aunque sepamos perfectamente que no volveremos a verle la cara, por lo menos durante horas.
Coatlicue cuenta que Huitzilopochtli, al partir, le dijo: “Madre mía, no me tardaré mucho en dar la vuelta, ahorita vengo”

Al cabo de cuatrocientos años no había vuelto, en tanto que su madre seguía esperándolo en ayuno y penitencia.

Hasta la fecha seguimos esperando muchas cosas, es parte de nuestra cómica condición cultural de aguante, resignación y estoicismo; siempre esperando que llegue “algo” o “alguien”, a veces el inconciente colectivo nos traiciona.

agosto 05, 2009

Ideas textiles

La innovación en los objetos de diseño es una constante evolutiva intrínseca desde la aparición de los primeros artefactos paleolíticos de uso personal y cotidiano.
La ornamentación de los objetos es también una ornamentación de nosotros mismos como usuarios de ese objeto material. Ellos son un espejo de lo que somos.

Abajo aparecen imágenes de textiles huicholes nayaritas y de nahuas hidalguenses, sus patrones formales son prácticamente “puntadas/píxeles” que como la mas mínima unidad gráfica componen en su conjunto múltiples formas con un amplio simbolismo cultural.




En el estudio de diseño Mike and maaike La propuesta de joyería en cuero llamada “stolen jewels”, que son impresas por medios digitales, dan como resultado la conceptualización de la idea iconográfica del píxel en joyas que fueron diseñadas y fabricadas por firmas reconocidas en materiales verdaderos como metales y piedras preciosas, pero inaccesibles por sus elevados costos. Es por eso que al fotografiarlos, “pixealearlos” y digitalizarlos sobre un sustrato de piel son convertidos en objetos “innovadores” y es literal el “robo” de ellas para la creación de estas piezas.


Es interesante y curioso observar como desde perspectivas distintas y anacrónicas se ha llegado a formas y ornamentaciones muy parecidas y sobre todo valiosas culturalmente.

  © Blogger template 'Ultimatum' by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP